Estáis en tu habitación y te apetece mucho enrollarte con esta persona. Os tocáis y os quitáis la ropa impacientes y cuando llega la hora de la penetración, puf, el pene no está duro como lo estaba antes. Se dan dos puntos de vista de los hechos. Uno es el de la persona cuyo pene se encuentra flácido, quien intenta recuperar su erección poniéndose demasiada presión sobre sus espaldas. El otro es el de la persona que tiene al lado, que se pregunta: “¿Y si no le pongo suficiente?”.
Casi todo el mundo se encontrará, si no se ha encontrado ya, con esta situación en algún momento de su vida. En España, ocho de cada diez personas han tenido problemas para tener una erección por lo menos una vez. A pesar de ser un fenómeno bastante común, que no se te levante es un tema tabú. Muchas veces la persona a la que le pasa no quiere hablar de ello y esto genera un círculo vicioso: el miedo de que se baje otra vez perturba tu próxima erección y esto lleva a la obsesión.
¿Por qué ocurre?
Las erecciones están en la mente y son una respuesta a la estimulación sexual. Es decir, son un mecanismo reflejo producido por el sistema nervioso parasimpático, el encargado de la relajación. Sin embargo, cuando nos obsesionamos por obtener una erección o en no perderla, ya no disfrutamos de la estimulación sexual, porque solo estamos pensando en que se nos ponga dura. Y así es como se pierde la erección.
Los principales problemas de erección suceden cuando el pene no puede mantener una erección rígida y prolongada (la media es de entre 4 y 30 minutos, que dependerá de muchos factores, como la edad, el estado de salud o el estado de ánimo), o bien cuando se pierde la erección de golpe después de la penetración y sin haber eyaculado.
Según el “Estudio Epidemiológico para la detección de Disfunciones Sexuales en pacientes de Atención Primaria”, un 42% sufre problemas de erección en España. En las personas menores de 70 años, este problema generalmente tiene un origen psicológico. Tener problemas de erección de forma temporal, siempre y cuando no persistan (entonces es recomendable ir al médico) es más común de lo que parece.
Está todo en tu cabeza
En primer lugar, si tienes problemas de erección de forma recurrente, debes visitar a unx médicx. Si no hay causa médica, los problemas para tener una erección los provoca tu mente. De hecho, la erección es una consecuencia de la excitación y la excitación no es nada más que química cerebral. Al fin y al cabo, el cerebro es el órgano sexual más importante de todos.
¿Cuáles son las causas psicológicas que provocan problemas de erección?
- Estado anímico y/o estrés
Si estás pensando en el trabajo, estás preocupadx por el dinero o todavía estás reproduciendo en tu cabeza una discusión con tu pareja, es posible que el sexo no sea lo que más te apetezca en ese momento. Las distracciones mentales son reales y son una causa de los problemas de erección. En momentos de estrés o preocupación el cuerpo produce cortisol y disminuyen los niveles de testosterona. Esto hace que la actividad en algunas zonas del cerebro, precisamente aquellas que controlan la excitación, comience a disminuir. Es por este motivo por el que si tienes la mente preocupada y distraída hace que sea muy complicado concentrarse en el placer y en el momento.
- Ansiedad anticipatoria y pensamientos intrusivos
El miedo a no poder tener una erección puede boicotear tu siguiente erección. Si en algún momento fue difícil lograr una erección en un encuentro sexual reciente, el miedo a que vuelva a pasar puede convertirse en una obsesión. Por lo tanto, el cuerpo será incapaz de relajarse lo suficiente para tener o mantener el pene rígido.
- Intimidad e inseguridad
Sentirse cómodo y a gusto durante el sexo es imprescindible. Otro aspecto fundamental es querer tener relaciones sexuales. Si no estás segurx o no te sientes cómodx, tienes todo el derecho a parar. La intimidad puede ser abrumadora para algunas personas, sobre todo para aquellas que se sienten inseguras con su cuerpo. Aceptar tu cuerpo por tal como es y dejar de compararse con otras personas es fundamental para tener un buen concepto de tu imagen corporal. Sentirte bien con tu cuerpo hará que tengas más seguridad en ti mismx y, por consiguiente, que tengas mejor sexo.
Algunos consejos para mejorar el control de la erección
- No te masturbes con prisa, tómate tu tiempo
Reeduca tu cuerpo: date tiempo, disfruta. El objetivo no es tener un orgasmo o eyacular, sino tener placer. ¡Enjoy the ride!
- Cambia los estímulos para excitarte
Tendemos a masturbarnos siempre con los mismos estímulos y eso provoca que cuando salimos de esta zona que nos excita, tengamos más dificultades. Algunas personas se acostumbran a la excitación que obtienen al ver pornografía, y cuando se encuentran en un contexto en el que no se reproduce lo que están habituadxs a ver, pueden tener dificultades para tener una erección. La solución: entrena tu mente, prueba a usar tu imaginación, tus fantasías, los relatos eróticos…
- Quítale presiones a tu pene
- El tamaño del pene no es importante para la satisfacción sexual. Cuanto antes dejes de obsesionarte mejor disfrutarás de tu sexualidad.
- A diferencia de lo que estás acostumbradx a ver, todos los penes son diferentes. Hay tamaños, texturas, olores, grosores y colores diferentes para cada persona con pene.
- Quítale importancia al pene en las relaciones sexuales. ¿Será que no hay otras muchas opciones en el sexo? El sexo con penetración es solo una de las muchas prácticas entre las que podemos escoger.
- No pasa nada si no llegas al orgasmo o no eyaculas. No tener un orgasmo no es sinónimo de no tener placer o de que no hayas disfrutado. Aquí lo importante es la comunicación en la pareja, poderle transmitir lo bien que lo has pasado (siempre que sea el caso), aunque no hayas tenido un orgasmo o no hayas eyaculado.
Y, por último, pero no menos importante, cuídate. Puede parecer una obviedad en sí misma, pero cuidar tu salud te permitirá disfrutar de una mejor respuesta sexual, y para ello es importante que tengas en cuenta lo siguiente:
- Cuida tu higiene personal y, sobre todo, íntima.
- Mantén una buena alimentación. La comida procesada y con alto contenido en azúcar puede afectar a tu respuesta sexual.
- Cuida tu descanso. No respetar las horas de sueño puede afectar mucho a tu rendimiento sexual.
- Evita el consumo de tabaco y alcohol. Esta es una de las principales causas de impotencia.
- Visita a tu médicx. Hacerse algún chequeo médico de vez en cuando no tiene nada de malo, especialmente si eres sexualmente activx. Recuerda, ¡es 100% recomendable hacerse pruebas de detección de ITS!